El deporte es una forma facinante de retarnos a nosotros mismos y desarrollar nuestras habilidades tanto físicas como mentales ya que se juntan en una gran simbiosis que enlaza mente, corazón, espíritu y físico, dándonos grandes momentos de satisfacción y bienestar, porque también no olvidemos que favorece la salud y la apariencia.
El problema con la competencia es que a veces cuando se pone a prueba y no se obtienen los resultados esperados se le percibe como derrota, pero si pensamos que la derrota no existe sino que símplemente es un punto de vista, lo que existe es el momento y la elección que hacemos ahora mismo.
Cuando se alcanza este punto, en mi opinión se haya la “victoria” perpetua, el bienestar perpetuo: la comprensión de que todo momento es sagrado y que victoria y derrota no son más que puntos de vista y elecciones, ya que el derrotado, en realidad ha sido puesto a prueba y se le ha dado un reto a superar.
En realidad, tanto “perdedor” como “vencedor” han realizado un magnífico servicio entre ellos. “Sólo porque deseo derrotarte no significa que no te ame y no te respete”.




No hay comentarios:
Publicar un comentario